Día 1: 3 de Febrero del 2014
El despertador sonó a las 8.00 am, los oídos lo captaron,
pero los cuerpos no respondieron hasta pasados unos 20 minutos, nos levantamos,
pusimos agua para el mate rutero ( para saltearnos el desayuno) y en ese corto
tiempo cargamos todo en el auto.
9.10am habíamos salido de los limites de Aldo Bonzi (donde
vive Gisela), directo a Cañuelas pero en la bifurcación CAÑUELAS / EZEIZA por
un error de navegación tomamos camino hacia Ezeiza, por lo tanto tuvimos que retomar.
Ya en la ruta 3 fuimos hasta Las Flores para tomar la ruta
30 quien no ahorra el tener que ir unos kilómetros más hasta Azul para tomar la
ruta 226.
Durante el viaje veía tanta extensión de tierras sin usar y
pensaba en cuantos puestos de trabajo se podrían generar mediante la siembra o
la cría de animales,
hasta que finalmente de luego de 3.30hs ( tiempo record) llegábamos
a Tandil y luego de preguntar a una chica que caminaba inmersa en sus
pensamientos y metros más adelantes a una señora que esperaba que el semáforo la
habilitara a cruzar llegamos a la cabaña, un espacio de 5 x 5 mts con techos
altos y de madera, con un baño cual ducha entraban no menos de 4 personas, una
cocina pequeña pero con lo necesario para realizar ricas comidas.
Más tranquilos el monstruo que vive en el estomago empezó a
patear, así que sin dejar pasar un minuto más fuimos a almorzar, donde pude
satisfacer mi capricho de comer algo con panceta frita.
De vuelta en la cabaña debido al cansancio del viaje nos
tiramos en la cama y mientras Gisela dormía la siesta, yo avanzaba en el libro CORRER
PARA VIVIR, VIVIR PARA CORRER de Santiago García, hasta que cayendo la tarde abrió
los ojos, nos bañamos y como nos faltaban algunas cosas del supermercado nos
fuimos al centro y como siempre a la plaza principal,
compramos y volvimos a la
cabaña a descansar, para concluir el día con un pollo a la cacerola cocinado
por Gisela
